lunes, 6 de julio de 2009
Leyendo en dos blogs, en el paranoide y el vigilante, acerca de amores del pasado a diferentes edades, y que ambas se llamaban Astrid, recordé que también hubo una Astrid en mi vida. Recuerdo que era una niñita que siempre me seguía, era hija de un matrimonio de amigos de mis papas, y se frecuentaban mucho, y cuando tocaba ir de visita a la familia de Astrid, era tiempo suficiente para jugar, correr, reir, etc; eramos ni;os, la casa estaba compuesta por varias casas juntas, donde vivían los tíos de ella y también sus primitos, total junto con ellos, los hermanos de Astrid y mis hermanos se juntaban una cantidad mediana de niños, lo cual era la cantidad perfecta para jugar de cualquier cosa: escondite, electric, tenta, etc.
Pero para todo esto, ella siempre me seguía, siempre quería estar conmigo, no recuerdo las conversaciones (si las teniamos), fue hace mucho tiempo, pero ella hacia lo que podía para estar conmigo. (Estos recuerdos me provocaron una sonrisa en mi cara).
Pues a veces nuestros papas planeaban salidas al puerto, o alguna parte, y ahí no era la excepción que ella buscaba mi compañía, recuerdo una vez que nos toco ir a la playa, ella llevaba una boina caki (por cierto le quedaba bastante grande porque era la de su papa), y unos lentes oscuros, y se puso a tomar el sol!!, claro lo hacia para coquetearme.
Me da risa pensar que a mi me parecía molesto a veces, que ella solo quería estar conmigo, a veces me aburría y que quería estar pegada a mi, a veces me tenia que esconder para evitarla, recuerdo que una vez que la evite hasta que me escondí y detrás de una rendija vi que me andaba buscando y al tiempo apareció su mama y ella en un tanto llorosa le decía que no sabia que me había hecho yo.
Otro recuerdo que tengo un poco borroso y no por eso sin importancia, de hecho es un gran recuerdo; es que una vez jugando escondite en la casa de ella nos fuimos a esconder a un cuarto que no se de que era, estaba casi justo en la entrada, estaba oscuro, la puerta vieja era de madera, que debió rechinar al abrir y cerrarse; entonces ella entro, seguida mente yo, luego me quede en la puerta tratando de ver si venia el niño o niña que le tocaba buscar a los que se escondían, cuando de pronto siento que ella se dirige a mi y yo me doy la vuelta, y fue en ese instante cuando ella se acerca lo suficiente y me da un beso en los labios!!; en ese momento no supe que hacer, y no recuerdo muy bien que paso, creo que alguien abrió la puerta y nos encontró, perdimos el juego, lo que no importaba porque paso algo mejor adentro. Eramos niños, no se que edad teníamos, pero si recuerdo ese momento con mucha ternura.
Luego crecimos, vino la pubertad y ahí todo cambia, no se, ese periodo, es la edad de las vergüenzas, de las penas, de los pensamientos que no se dicen, de callar todo, etc. Es un cambio drástico, y claro se cambiaron los papeles, ahora yo era el interesado en ella. Pero las cosas no se dieron, y lo clásico que nunca le dije nada; pero aun la recuerdo tiernamente.
Hace pocas semanas supe de ella, esta casada, me imagino que feliz, le deseo toda la felicidad del mundo, aunque hay algo que si quisiera: tomarme un café con ella, para recordar viejos tiempos, creo que lo voy a hacer; no debiera ser dificil encontrarla, sera la segunda parte para este post.
5 comentarios:
mucha ternura en esos besos inocentes!!! eso... de verdad se extraña no???
Wow. Que interesante. Clásico y de pelicula. Lo mas bonito es que lo recuerdas con alegría.
Espero leer ese segundo post.
GRacias por compartirlo.
@Issa son bien tiernos esos momentos, y jamas se olvidan
@Pedroalejandro claro que si espero poder escribir la segunda parte
Saludos!!
Pues yo también ya tengo reservado mi asiento para la continuación.
Qué historia tan bonita. Aunque, siendo mujer yo y de una generación anterior, no deja de darme vergüenza ajena. Sí ya sé era una niña... pero es que a uno le meten tanta basura en la cabeza.
En fin, lo más lindo son esos recuerdos llenos de ternura y alegría y no de molestia.
Apapachos
Despues de todo somos animales sexuales y emocionales. Desde pequeños ya empezamos a dar y recibir besos.
keil.
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